Un proyecto de relevancia para el sector rural que permitirá construir sistemas particulares de agua potable, alcantarillado de aguas servidas y obras complementarias. El curso entregó los conceptos básicos de introducción teórica, tecnológica, normativa y operacional para la selección, diseño y operación de sistemas de tratamiento de aguas residuales rurales, agroindustriales e industriales, y manejo de residuos industriales. Cabe destacar tecnico plomero la gran interacción y participación de los asistentes, instancia que enriqueció la jornada y proveyó la posibilidad para analizar los diversos matices que la operación y mantención de los sistemas de alcantarillado sanitario tienen en la cotidianeidad para la comunidad y los Comités de Agua Potable Rural. Persistía, aún, la deuda con los sectores rurales no concentrados, así como con el tratamiento de aguas servidas de las grandes urbes.
Respecto del resto de las ciudades del país, entre 1906 y 1914, el Estado había avanzado significativamente en sus inversiones. Se habían instalado en 54 ciudades servicios de agua potable55, mayoritariamente en urbes con más de diez mil habitantes, pero también de entre 2 y cinco mil habitantes. Sin embargo, en las redes de alcantarillado se avanzaba más lentamente, pues, antes de 1913 se reportaba obras concluidas solo en Santiago y Valparaíso. En Concepción, recién en 1907 se recibieron las primeras propuestas para la construcción del alcantarillado56. Asimismo, entre 1907 y 1912 el gobierno solicitó propuestas de construcción para Talca, Antofagasta, Mejillones, Linares, Curicó, Chillán, Taltal, La Serena y Quillota. Respecto de fechas de término de los primeros tramos, destacan Antofagasta (1912)57, Concepción (1913), La Serena (1914), Buin (1914), Chillán (1915) y Valdivia (1915) fifty eight.
También mantenía la obligatoriedad de conectarse a los servicios de agua potable y alcantarillado una vez disponible el servicio en un plazo de un año80. Según los datos de la Inspección, en 1924 la misma administraba servicios de agua potable de Arica a Chiloé en 77 centros urbanos y de alcantarillado en 11, a los que habría que sumar los servicios de agua potable y alcantarillado de Santiago, Valparaíso y Punta Arenas de administración municipal. Seis años más tarde, 1930, los servicios de agua potable administrados por la Inspección solo habían aumentado a 82 y los de alcantarillado a 1973. Respecto del alcantarillado, se sumaron, con obras terminadas, los de San Felipe, sistema de alcantarillado pluvial Cartagena y Temuco en 1929, y los de Rancagua, Parral, Osorno e Iquique en 1930. La intervención del Estado en el servicio de agua potable y alcantarillado significó que los municipios entregaran la gestión de estos servicios a instituciones estatales, específicamente a los ministerios del Interior y de Obras Públicas48. En este último ministerio fue la Inspección General de Hidráulica, dependiente de la Dirección General de Obras Públicas, la institución encargada de realizar los estudios y presupuestos sobre agua potable y alcantarillado, tanto para dotar de estos servicios a nuevos poblados como para el mejoramiento, mantención o ampliación de los mismos en centros urbanos que ya contaran con ellos.
Con todo, el aumento de cobertura pasó de un 6% en 1960 a un 31% en 1970 para dichas localidades115. Los servicios de agua potable y alcantarillado administrados por la Dirección solo alcanzaban a financiar sus gastos operacionales, pero no amortizaban sus inversiones e interés involucrados, razón por lo cual estaban en constantes déficits. Esto se debía a las bajas tarifas que fijaba el gobierno, las cuales se explicaban, según el director de la Dirección, porque “el Supremo Gobierno ha querido mantener la política de no ver en estos Servicios una fuente de entradas, sino un medio para mejorar el estado higiénico del país”93. En vista de lo anterior, las inversiones para la expansión de los servicios de agua potable y alcantarillado seguían siendo financiados vía ley de presupuestos, que asignaba anualmente partidas para este fin94. De hecho, entre 1931 y 1943 se habían invertido con cargo a dicha ley la suma de 181,2 millones de pesos95.
Sin embargo, el terremoto de 1906 destruyó la red y fue necesario comenzar su reconstrucción en los años siguientes, tarea que se encomendó a la Compañía de Desagües de Valparaíso54. Entre estas medidas cabe mencionar la fijación de tarifas que no solo les permitieron autofinanciarse, sino que también obtener utilidades y realizar inversiones que llevaron las coberturas de agua potable y alcantarillado urbano al ninety nine,3% y 91,6%, respectivamente. Esta desigualdad se debe principalmente al hecho de que el proceso liderado por el estado entre fines del siglo XIX y fines del XX estuvo restringido por la disponibilidad de recursos financieros del estado.
Las tarifas se calcularían de modo que las entradas de la Empresa cubrieran los gastos de explotación y conservación de las obras, que permitieran formar un fondo para renovación de las instalaciones y rendir un interés hasta de un 10% del capital inmovilizado. Por último, quedarían bajo la supervigilancia de la Dirección General de Agua Potable y Alcantarillado81. Sin embargo, este sistema de concesión a los privados tuvo poco éxito dado las bajas tarifas de agua potable y alcantarillado que fijaba el gobierno, haciendo poco atractiva estas inversiones. A pesar de lo anterior, surgieron algunas concesiones privadas en balnearios costeros como Zapallar, Santo Domingo y Papudo o en pueblos pequeños como Yumbel, Chañaral, Pica, El Arrayan, y Las Cenizas, o para abastecer algunos sectores de ciudades no atendidos por las empresas fiscales, como el sector de Colón en Santiago, una parte de la ciudad de Iquique82 y otra de Taltal. También algunas industrias establecieron concesiones para abastecer de agua potable y alcantarillado a sus poblaciones de obreros y empleados, como la Compañía Manufacturera de Papeles y Cartones en Puente Alto, la Fábrica de Cemento Melón en La Calera, la Compañía Refinería de Azúcar de Penco, y las compañías estadounidenses de la gran minería del cobre en sus campamentos mineros de Chuquicamata, Potrerillos, Tocopilla y El Teniente83. En otros casos, empresas privadas realizaban aportes para complementar las obras financiadas por el fisco, como fue el caso en Tomé de la empresa local Fábrica de Paños de Tomé84.
La capacitación fue dirigida a los operadores de plantas de tratamiento de aguas servidas de servicios sanitarios rurales de la Región de O’Higgins que dentro de sus funciones, deben o deberán a corto plazo, efectuar las labores de operación y mantenimiento de las soluciones de tratamiento de aguas servidas domiciliarias. La jornada forma parte integrante de un complete de nueve capacitaciones a nivel nacional, el cual es uno de los objetivos más relevantes del Plan de Desarrollo Estratégico de la Unidad de Saneamiento Sanitario de la SUBDERE. El SENDOS estaba constituido por una Dirección Nacional y once Direcciones Regionales, una para cada región del país; con la excepción de la región Metropolitana y la V Región, donde fueron creadas la Empresa Metropolitana de Obras Sanitarias (EMOS)119 y la Empresa de Obras Sanitarias de Valparaíso (ESVAL), respectivamente.
El primero period un órgano consultivo donde convergieron médicos, ingenieros y políticos, que estudiaban y proponían al gobierno medidas para avanzar en la salubridad pública. El segundo era un organismo técnico encargado de hacer estudios científicos de higiene pública y privada, especialmente análisis químicos y bacteriológicos de las aguas potables de las principales ciudades del país32. La iniciativa se presenta en busca de mitigar la contaminación de pozos negros aún presentes en zonas rurales y mejorar así la calidad de vida de las familias. Son fifty six localidades de la región de La Araucanía que comenzarán a trabajar en proyectos de saneamiento sanitario, donde en primera etapa se realizará un levantamiento de información y se estudiará la factibilidad de cada terreno. Esta cartera de proyectos beneficia principalmente a las familias de las localidades rurales y territorio insular afectadas por la escasez hídrica y déficit de saneamiento sanitario en la región.
Para Antofagasta solamente, a raíz de un rezago en la puesta en marcha del alcantarillado de dicha ciudad, “según la opinión de los médicos de Antofagasta… mil vidas cuesta el no funcionamiento del alcantarillado”. Con la implementación de estas reformas la dictadura pretendía pavimentar la privatización del sector sanitario. Sin embargo, el comienzo del fin de dictadura tras el plebiscito de 1988 y, el posterior retorno a la democracia tras la elección presidencial de 1989, no generaron un ambiente político y empresarial idóneo para tales efectos. Lo que sí señalaron estas reformas fue el fin de la acción del MOP en el desarrollo del sector sanitario a través del SENDOS, que desde 1953 a 1990, logró aumentar sostenidamente la cobertura urbana de agua potable del país. Con esto, se pretende mejorar las condiciones sanitarias para este establecimiento rural, que en la actualidad cuenta con un sistema de alcantarillado muy antiguo. En la misma línea, el proyecto de diseño para alcantarillado en Las Coimas está a la espera de la resolución satisfactoria (RS) para que le sean adjudicados sus correspondientes recursos.
La gran epidemia de cólera que afectó con virulencia al país entre 1886 y 1888 llevó a las autoridades a darle debida importancia a la deplorable situación sanitaria de las ciudades, especialmente a sus sistemas de agua potable y alcantarillado. Por esta época los sistemas de suministro de agua potable seguían los patrones coloniales, que básicamente consistían en trasladar mediante una canalización de cal y ladrillos aguas de quebradas, vertientes, posos o ríos, para ser distribuidas a los habitantes de ciudades y pueblos mediante acueductos que se conectaban a las pilas de agua ubicadas en distintos lugares de la urbe, siendo en common aguas de mala calidad. Santiago se abastecía, por ejemplo, principalmente de agua proveniente del río Mapocho22, la que ni siquiera era potable23. Solo en las grandes ciudades, Santiago y Valparaíso, se había avanzado con redes de agua potable canalizadas con tubos de metallic que permitían suministro domiciliario a las viviendas principales y edificios públicos24, en iniciativas normalmente lideradas por los gobiernos locales (i.e. municipios) en conjunto con el sector privado, y principalmente restringidas al centro de las ciudades 25.
De este modo, en 1923 se terminaron los alcantarillados de Arica y Tocopilla, y en 1925 el de Talcahuano. Contribuir a mejorar la calidad de vida de la población de escasos recursos que habita en condiciones de marginalidad sanitaria, otorgando infraestructura para implementar los servicios básicos de agua potable y alcantarillado sanitario. Reducir el déficit de cobertura de servicios de abastecimiento de agua y disposición adecuada de aguas servidas en las áreas rurales con soluciones costo eficientes y sostenibles en el tiempo. Junto con esta gran inversión, el MOP, a través de la DOS, realizó inversiones adicionales para ampliar sus servicios de agua potable y alcantarillado a lo largo del país, pasando de administrar 59 servicios de agua potable y alcantarillado y 60 solo de agua potable, en 1949, a 118 y 150 en 1976, respectivamente, como se observa en el siguiente cuadro. Particularmente activo fue el gobierno de Frei Montalva, que gracias a la implementación de un plan quinquenal103, logró aumentar en más de forty los servicios de agua potable administrados por el fisco104. En complete, bajo la presidencia de Frei Montalva, se instalaron más de medio millón de nuevos arranques domiciliarios, y 322 mil arranques domiciliarios de alcantarillado en el sector rural chileno105.