Critica De La Facultad De Jugar: Scribblenauts

Si invocas un philosoraptor, saldrá un velocirraptor que camina lento y usa un monóculo. Si invocas a Dios y al Cthulhu, Dios mata a la bestia lovecraftiana, pero si invocas un ateo, este mata a Dios al tocarlo. «Al acostarse buscó una toalla para taparse la cara, por si las ratas le pasaban encima. Estaba tan abandonada la casa, desde la desaparición de Machojón, que las ratas, las cucarachas, las chinches, las arañas, vivían en familia con ellos». «Sus dedos quedaron como tenazas de alacranes que entre sus mechones de pelos lacio veíanse enredados al tomarlo Chigüichón por las muñecas». «La noche de bodas a Rebeca le mordió (sic) el pie un alacrán que se había metido en la pantufla». «Cuando las cosas andaban mejor, se levantaba a las as quickly plomeros en cabo rojo as de la mañana, y se encerraba hasta dos horas completamente desnuda en el baño, matando alacranes mientras se despojaba del denso prolongado sueño».

¿Cómo olvidar los soundtracks? En la década de los 90’s en Chile no importaba si no tenías dinero para comprar la última consola. Los videoclubs en los barrios o de la cadena «Blockbuster» permitían a los niños y jóvenes chilenos tener acceso a «arriendos» de videojuegos y en algunos casos incluso podías arrendar una consola completa o accesorios (como el infaltable control 2 para jugar con tus amigos o hermanos). Marías fuma tabaco rubio, suave, con la mano izquierda; es zurdo, como los señores antiguos. Jorge Guillén fumaba con moderación, nunca antes de media mañana, y casi siempre cigarrillos suaves, ingleses cuando podía, a los que se aficionó durante su estancia en Oxford, a principios de los años treinta. Fumaba algún que otro puro Pedro Salinas después de comer, en su despacho.

Regresaba a su casa vestida de civil cada fin de semana. A su marido la cautela le importó un comino. Él entraba al barrio vestido de policía y con la pistola en el cinto. [newline]La turba se calmó por un segundo. Se voltearon a ver entre sí y lo arrastraron por la colonia como quien arrastra un animal.

fontanero las matas

Ahí, gracias el cemento elevado de las industrias manchado con pintadas de la Mara Salvatrucha, la calle que hace de columna vertebral parece amurallada, una especie de límite entre dos países en conflicto. Pitbull trabajó de albañil, de ayudante de mecánico, de carga bultos en el mercado. Todo era acostumbrarse a aquel pueblo con aires de ciudad. Un tiempo para hacer amigos y volver a vivir en esa cuerda floja que lo mantiene siempre en el límite de convertirse en cadáver. Esa misma donde caminaba en El Salvador, decidiendo si lo mejor no era ser como sus amigos, meterse a la pandilla, ganarse el miedo con el que se trata a esa familia de desahuciados.

Buscan guía en este pequeño mundo perfecto. Esta plaza de paletas y manzanas acarameladas. Caminan como un gusano torpe que no logra coordinar ninguna de sus patas. Parecen el extracto de una película blanco y negro en una de colour.

Era un día soleado de enero o febrero de 2008. Hoy mismo me enteré de que José perdió su cabeza bajo el tren. Era el menor de tres salvadoreños con los que hace dos meses hice un recorrido por los cerros de México, bordeando la carretera para no enfrentar a las autoridades. Un rebane limpio, me contaron. Fue allá por Puebla, unos 500 kilómetros arriba de donde ahora estamos.

Le dio vuelta y no se preocupó del arma que quedó un metro adelante. Dice que se cura más la rabia si es a puño limpio. Así, con los nudillos, empezó a deformarle el rostro.

El cansancio a veces gana y eso mata. La decisión es aún más complicada para quienes huyen de la muerte, porque el retorno no significa volver a casa con los hombros abajo y las bolsas vacías. El retorno puede costarles la vida, igual que el tren, que a tantos ha despedazado. Las dos opciones pueden terminar en muerte. En este genial juego de bloques, Lego Mario va acumulando monedas virtuales corriendo y saltando por ladrillos fontaneros ciempozuelos y plataformas de nubes para llegar desde la tubería inicial hasta el banderín, usando el bloque y luchando contra Bowsy y la figura del Goomba. Al tocar el tope de la cabeza del juguete The Child Animatronic Edition, activarás más de 25 sonidos y combinaciones de movimientos, incluyendo sonidos de alegría y emoción, risas, balbuceo y más, mientras la figura mueva la cabeza y las orejas, y abre y cierra los ojos.

Sin embargo, un ladrón podría ser un astuto “gato” que irrumpe en nuestra propiedad de forma no violenta y que no representa una amenaza física inmediata. La vida de un fontanero español se cruzó por segunda vez con la de Julian Assange en 2016, cuando recibió una llamada en la que una voz conocida le encargaba una faena especial. Tenía que viajar desde el pueblo valenciano donde vivía hasta Londres para reparar una avería en un cuarto de baño.

Un taxi aceleraba dando vuelta en U. Los Chocolates, Salvador y Marvin, de 36 y 18 años, yacían desparramados en el suelo. Cara, pecho, piernas, todo había sido partido por el metal.

El Chele, de pocas palabras, tenía la confianza de los dueños del taller mecánico. Le permitían llevar muchachitas para pasar la tarde con los pantalones abajo. El Chele no se metía con nadie, no hizo ningún amigo en Tapachula.

De nada vale detenerse a pensar cómo es que él y sus hermanos tienen que ver con aquellos cadáveres. «Avispas negras, hediondas a guaro caliente, escapando de panales color de estiércol, sembrados en la tierra, mitad panales, mitad hormigueros». Si una entidad (por lo basic un Gobierno) confisca la riqueza de un grupo de personas y la distribuye a otro, obviamente su objetivo es lograr la paridad.

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