Destape De Lavamanos En Vi Páginas Amarillas De Chile

Muchos compatriotas se desplegaron en esas unidades de combate en plena montaña, enfrentando a las bandas de contra revolucionarios financiadas por el gobierno de Estados Unidos de la época, presidido por Ronald Reagan. Entre los participantes de ese curso estaban los jóvenes José Valenzuela Levi y Juan Waldemar Henríquez, futuros jefes rodriguistas en Chile, ambos asesinados junto a otros diez combatientes del FPMR en la llamada Matanza de Corpus Christi, ocurrida los días 15 y 16 de junio de 1987. Los primeros dias de noviembre de 1983 un supuesto terrorista había sido abatido (luego se demostró que fue un falso enfrentamiento) por las fuerzas de orden y seguridad.

Nos preparábamos ideológicamente estudiando unos librillos de Marta Harnecker. Luego de unos meses logramos tomar contacto con la dirección de la jota, se estaba reorganizando después de las últimas detenciones. En las atenciones políticas fuimos conociendo de la política de rebelión popular.

«Fue una operación muy bien preparada y con mucha mística Rodriguista. Nos acuartelamos toda la noche en una casa de seguridad muy cercana al lugar. Mientras preparábamos y repasábamos cada una de las misiones individuales y colectivas», detalla Alexis hermano rodriguista miembro del destacamento. Manolo salió a caminar por las calles de Santiago en busca de su propio buzón telefónico “cortado”, como se decía en esa época de clandestinidad y lucha. Era muy necesario para tener una infraestructura private fontanero particular segura.

Pude conocer y disfrutar del gobierno well-liked el medio litro de leche, la distribución de los alimentos por la JAP. Recuerdo que una vez en un acto del partido que se realizó en la victoria estuvieron presentes Salvador Allende y Pablo Neruda, nosotros con mis primos y otros muchachos, les dimos la mano a ambos, después del acto comentábamos que Neruda parecía un gigante con sus manos de gigante. Comentar que en esa fecha yo no participaba de ninguna organización  política; comenzaron a desaparecer compañeros y compañeras, todos conocidos en especial de mi padre; de él no sabíamos nada, estuvo desaparecido por cerca de dos meses en Iquique, después supimos que estaba en Pisagua. Lo operaron el día thirteen de septiembre en el hospital de Iquique y el 15 se lo llevaron a Pisagua detenidos como un político muy peligroso, (obrero de la construcción toda su vida y dirigente sindical). Estuvo preso 3 años en varios campos de concentración, incluyendo la penitenciaria y cárcel pública de Santiago. Lo condenaron a 25 años de presidio; fue expulsado del país el año 1976.

La lucha clandestina fue un aprendizaje cotidiano, la resistencia de los familiares de los secuestrados desaparecidos y de los prisioneros políticos, los curas y pastores consecuentes que brindaron solidaridad a los perseguidos, las primeras acciones audaces fueron marcando un camino. Salí de mi trabajo en mi hora de colación y pasó una marcha, en la cual iban un par de amigos los cuales me invitaron a sumarme. Cuando me incorporé a la marcha me dijeron que el objetivo period ir a la cárcel a pedir la libertad de los presos políticos. Sobre el aire sobrevolaba un helicóptero policial al cual la mayoría le gritaba epítetos. Al llegar a una esquina, un carro policial se interpuso y la marcha viró.

Un día me ordenan que debo bajar y encontrarme con un pequeño contingente de compañeros que venían a recibir instrucción. Bajé con una carretilla con mi leyenda de obrero de la construcción. Al encontrarme con el grupo, procedimos a poner en la carretilla las armas y medios explosivos que nos servirían para la instrucción, debidamente enmascarados en una caja de mercadería. No entendíamos nada, en mi interior pensaba que nos habían descubierto. Mis nuevos compañeros de armas esperaban una respuesta mía y la decisión fue continuar la marcha.

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Una odisea que nos tomó varios dias llegando recién a Chillan el día 20 del mes de septiembre. En la facultad de Filosofía se movía la cosa, recuerdo que la bienvenida a los cachorros estuvo a cargo de la Andrea Palma, estaba esperando guagua y nos recibió con mucha cordialidad, casi ternura. Lo bueno de entrar a la U, fue que tenía motivos para alejarme de mis amigos de la esquina, salir todos los días sin despertar ninguna sospecha de la familia y la alegría de mi mamá cuando me corte el pelo y me veía llegar todos los días antes de las 10 de la noche. Mis amigos me reclamaban que ya ni el fin de semana me juntaba con ellos, así que invente una polola que vivía por la Villa Olímpica y entonces me iba a pololear, pero en realidad me iba a la casa. Fue tan creíble este cuento que cuando conocí a mi compañera, una amiga le dijo que se cuidará de mí porque ya tenía polola. Alberto dijo que había sido muy impresionante para él, ver como poco a poco Santiago se iba quedando a oscuras, hasta que fue whole.

Luego con los años, tres de mis compañeros cayeron en distintas tareas, un costo que cuesta entender. Estando en el comité de cesantes de nuestra población Vicente Pérez Rosales, tenemos las primeras señales de la necesaria lucha armada para derrotar al dictador. A pesar de ser reconocidos comunistas tres compañeros del MIR encabezados por Patricio Suazo (asesinado por la C.N.I. en años posteriores) nunca concretamos nada, pero el tema estaba planteado y la inquietud era plomeria matos cada día mayor.

Luego vino entender la dialéctica y los clásicos del marxismo. Alberto se había hecho en la resistencia diaria y estaba impresionado con la forma de ser del compañero de la caja de plátanos, del que nunca supo ni su nombre. Después de su pregunta, nunca más pudo olvidar la cara que puso Alberto y lo que le dijo en ese momento. –Para que te quede claro, botar torres no es tirar y abrazarse, la cosa no es tan fácil y uno no puede andar mandándose las partes de que lo hizo solo. Hay todo un trabajo antes de poner la carga y botar la torre, donde participan muchos compañeros. Alberto siguió con el relato, era el jefe que coordinaba dos grupos en esa acción, tenía que asegurar la logística y apoyarlos en todo, pero no podía ir directamente a las torres porque debía encontrarse con el jefe Benjamín, tenía que comprobar los resultados de la acción y luego dar la señal de normalidad.

Después de este exitoso campamento en las barbas del enemigo, nos preparamos para realizar otro, pero esta vez correspondía a los compañeros del partido, también termino muy bien con un stability positivo y con el nacimiento de un bebé de una compañera de la logística que estaba embarazada y no nos avisó. La tuvimos que bajar de urgencia, nació un bebe que fue un varón, el campamento se llamaba Víctor Hugo Huerta, y en honor a ese gran compañero la compañera le puso ese nombre a su hijo. Junto a varios compañeros organizamos nuestra primera pequeña fuerza militar de Chillán. El ánimo period otro me sentía renovado lleno de valor y entusiasmado, era otro mundo. Cuatro años después Roberto «Huevo» Nordenflycht, caía combatiendo en las mismas instalaciones militares del Aeródromo de Tobalaba, en una operación que contemplaba un nuevo ataque al Comando de Aviación del Ejército. Fue en la madrugada de ese 18, y tras tres meses de preparación de la unidad de combate, que los cinco jóvenes darían inicio a una acción sin precedentes, al ser un objetivo militar y donde también se guardaban los helicópteros de carabineros.

Nos íbamos al Peda a tirarle piedras a los pacos, pero después quedábamos con la sensación de que period inútil y sólo nosotros sufríamos en estas batallas desiguales. Alberto cayó preso el año ‘87, también lo habían detenido para el golpe del ‘73. Tiempo después Manolo tuvo la oportunidad de participar en un apagón, directamente en una torre y con una jefa mujer, que era mucho más exigente que Alberto y salió bien parado gracias a sus enseñanzas. Ya te tocará participar en un apagón, pero por tu bien aprende primero.

Ante las preguntas de los demás soldados y a pedido de su amigo oficial, que lo había presentado como combatiente del Frente Sur en la guerra contra el dictador Somoza, Manolo pintó en el suelo con un tizón algo así como un mapa de Chile para explicar a los soldados cómo era su patria. Este era mi segundo juramento militar que hacía, el primero en las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba y este por mi patria, en ambos casos para mí fue un compromiso de honor que hacía con el pueblo cubano y con mi pueblo, fueron dos momentos muy solemnes que terminaron con la afirmación; si incumplo este juramento caiga sobre mí el odio y el desprecio del pueblo. PROMETO, luchar día a día por superarme, para ser digno hijo de esta tierra y de los principios que dieron origen al FPMR, pues veo en el Rodriguismo los más altos valores patrios y humanos, y en nuestra organización, al guía y conductor de la auténtica liberación nacional. El fascismo había calado hondo en mí, ya que mi familia sufrió todo el peso de la dictadura, en estas circunstancias el derecho a la defensa es una obligación ethical histórica. Por eso fue de conciencia mi decisión de aceptar la tarea militar que me planteaba el Partido Comunista de Chile. Pasó como una semana y mi padre, en una acción planificada, salta la cerca de la embajada de Colombia en Santiago y pide asilo.

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