Destape De Lavamanos En Vi Páginas Amarillas De Chile

Las noticias que llegaban desde Chile casi siempre estaban relacionadas con algún acto terrorista de la dictadura militar en contra de los chilenos, y no de las luchas que daban en la resistencia, como la noticia que acababa de recibir. Y como siempre lo hacía Manolo, se preguntaba, ¿qué estoy haciendo aquí en esta selva tropical? En esa época Manolo estaba en una escuela de instrucción militar del Ejército Popular Sandinista en una zona del norte de Nicaragua llamada Apanás en el departamento de Jinotega, participando en un entrenamiento de guerra irregular de varias semanas de duración. Al poco andar en una bilateral con el secretario regional me planteo si estaba dispuesto a ser parte del trabajo militar, no lo pensé mucho, solo le dije “vamos de inmediato”. Estaba contento por fin salía de lo monótono que se estaba haciendo la lucha contra la dictadura.

Es decir, confirmar que todos los torreros y torreras estaban es sus casas y sin problema. Algún día, pensó Manolo, cuando estuviera en Chile buscaría a un combatiente que hubiera participado fontanero las matas en ese apagón para que le explicara con detalles cómo se las habían arreglado para hacer esa acción. En ese momento, el llamado a formación del jefe de la columna lo sacó de sus pensamientos.

Estaba en una guerra en plena montaña defendiendo la revolución sandinista y debía volver a pensar en los contra anti sandinistas, que period el enemigo que ahora tenía al frente. Hablar de rodriguismo y hacer una constatación de lo que significó, me referiré a los momentos o detalle de situaciones que me marcaron en la vida. Dentro de las situaciones, hay varias que con los años se ven más nítidas, las cuales trataré de relatar con el mayor detalle.

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A decir verdad, una experiencia de alto nivel de stress, period curioso ayudaba a un movimiento político con mucho peso en la época, sin embargo, solo conocí a 2 personas uno de ellos un gran amigo hasta hoy y otro que pude conocer poco ya que partió tempranamente siendo una víctima más de dictadura. Mi aporte consistía en guardar y cuidar de armas de diferentes características, entre ellas pistolas, revólveres, fusiles, ametralladoras, lanza cohetes, cohetes y un tambor lleno del explosivo amongelatina, el que había que cambiar su posición cada 6 a eight horas según me indicaron, esto me producía un estado nervioso permanente. Este pequeño arsenal estaba en mi pieza de la casa de mi familia, otro elemento que agregaba nerviosismo, creo hasta el día de hoy que ese pequeño aporte fue necesario e importante, un granito de enviornment muy necesario, ¿sino somos nosotros quién? El 10 de septiembre del mismo año junto a otro jotoso viajamos a Santiago para ser alumnos de la escuela nacional de cuadros. Deberíamos presentarnos en el native del Comité central de las juventudes comunistas de chile, ubicada en calle República. Al producirse el golpe de estado, tuvimos que hacer lo posible para retornar a nuestros hogares.

Con el gobierno de la Unidad Popular (UP), en la Escuela nos daban el medio litro de leche, en la casa leía la revista infantil Cabro Chico, la Firme y los libros Quimantu, mi madre me enviaba a guardar puesto en las filas para obtener los productos básicos, que eran acaparados por la derecha, para producir desabastecimiento. Mi primer aporte a la causa del proletariado fue ayudarle al abuelo a repartir el diario El Siglo, asistía a las concentraciones en compañía de mis tías, esto me fue dando la categoría de simpatizante. Cada vez que ocurría un hecho político de envergadura, ahí estaba el abuelo explicándome, con su comentario simple plomero san jeronimo y preciso.

Este año se cumplen 40 años de la aparición en la escena política nacional del Frente Patriótico Manuel Rodríguez. En distintos lugares, múltiples y diversos colectivos se preparan para conmemorar esta fecha a través de actos, homenajes, encuentros y actividades que resaltan el rodriguismo como adquisición de rebeldía en contra del modelo. Como Centro de ideas Teniente Edgardo Lagos, CITEL, queremos hacer un aporte al rescate de la memoria colectiva, entregando algunos ensayos y opiniones de algunos combatientes. Esperamos y estamos convencidos que los procesos sociales avanzan en la medida que reconocemos nuestra historia, nuestros aciertos y nuestros errores. Pensamos que la organización, unidad y lucha son pilares fundamentales para ir forjando la nueva patria que queremos.

En la mitad de la cuadra algunos de los manifestantes comenzaron a gritar frente a una casa “esa casa es de los chanchos, esa casa es de los civiles”. Algunos tiraron un par de piedras al frontis de la casa, que mí me pareció una soberana tontera. Como la mayoría de los jóvenes corrimos y con mis amigos nos ocultamos en la mampara de una casa. Desde ahí observamos con impotencia como golpeaban y detenían a los manifestantes. Estando mi padre detenido me acerco a los pocos compas de la jota que quedaban en la población y comenzamos el trabajo well-liked en ayuda a nuestros pobladores y sus familias.

Después de un largo rato estábamos frente a una patrulla de carabineros armados con fusiles y apuntando su linterna hacia el grupo de jóvenes, uno de ellos nos dice “Alto, ¿para dónde van? ”, el único que debía hablar fui yo, le dije “estamos construyendo una cabaña más arriba”, como indicaba mi leyenda. ” El paco me contestó “hubo un accidente de un camión de militares” (el cual se encontraba volcado al lado del camino), “que pena lo que paso“ le dije,  por dentro pensaba cuántos menos mejor. El paco le cube suboficial mayor a cargo, que el grupo va subiendo a unas cabañas y le pregunta si nos detiene, a lo que su jefe le dice “eres huevon, o te haces, deja que sigan su camino, que nos importa para donde van”, nosotros escuchamos esto, obviamente sin reírnos en su cara. Cuando llegamos al área para levantar las carpas ya era muy tarde, y al sacar nuestra caja de “mercadería” para guardar en un barretin, observamos con asombro que con la caminata y el movimiento la caja se había roto y en una esquina asomaban dos cañones de unas subametralladoras. Las que no hubiese pasado una inspección visual si hubiera apuntado con la linterna el paco.

Para eso, estaba claro que el camino correcto no period reclamar ni hablar mucho, sino acometer la tarea encomendada con alta calidad, para que su mando se viera obligado a dejarlo en Chile y destinarlo a un grupo operativo. –Me tengo que hacer necesario aquí, mierda, –pensaba Manolo todo el tiempo. No lo habían destinado inicialmente al Frente, ni tampoco al Trabajo Militar partidario, sino que los jefes lo habían mandado a pensar y crear un Grupo de Apoyo Central partidario. En todo caso a Manolo, ese puesto privilegiado le permitiría tener una visión más general de las luchas que se desplegaban en todo el territorio nacional y además reunirse con muchos combatientes.

Salimos convencidos que la lucha frontal era el único camino posible y nos juramentamos cumplir con el deber, siendo mejores cada día y cuidarnos de no caer detenidos. Tiempo después los integrantes de esa pequeña unidad de combate fuimos asumiendo distintas tareas. Algunos cayeron detenidos, otros buscados, algunos se prepararon en cursos en otros países, otros asumieron responsabilidades mayores, algunos pasaron al frente. En fin, somos parte de una generación que creemos que solo con organización, unidad y lucha podremos alcanzar la liberación. Sin saber la cacería que estaba ocurriendo, junto a un par de compañeros de mi base, salíamos a pegar afiches y propaganda de las JJCC, en contra de la dictadura.

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