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Pero esa comprobación tenía que ser realizada personalmente, como siempre ordenaba Benjamín, no porque otros lo dijeran, él mismo debía cerciorarse y dar la seguridad al Jefe de que nadie había caído preso. En este lugar conocí a un compañero que era oficial como tú Manolo, continuó diciendo Alberto, lo supe después que desapareció, cuando lo siguieron los malos, y hubo que esconderlo y sacarlo del país. Era muy simpático ese compañero, no sé si decir valiente o medio loco. Pensó que tarde o temprano se encontraría con más de alguno hubiera estado en ese apagón del ‘83 y que, tal vez, estaría dispuesto a contar lo vivido en esa experiencia. Estaba ahora en el ’85, se encontraba clandestino y por fin en Chile. Lamento que muchas de estas enseñanzas en muchos de nosotros hoy la vemos de forma tan simple fontaneros villaviciosa de odon, tan sin importancia, tan vacía.

Cada acción de protesta tenía el esfuerzo de ser acompañada por acciones de sabotaje y propaganda menor, donde una parte importante de la jota estaba comprometida con los encargados del Frente Cero. El eleven de mayo de 1983 se convoca a la primera protesta nacional, donde se coordinan acciones de la fuerza propia a nivel nacional que cada día son mas extensas, los nuevos cuadros que salieron a estudiar el año anterior regresan a incorporarse a la lucha, con más conocimientos militares y nuevos contingentes salen a prepararse al exterior. En esos meses de protestas populares en ascenso, nuestro contingente de la tarea militar period casi exclusivamente del interior del país, pero también en esos meses ingresarían nuestros primeros oficiales formados en Cuba y fogueados en la revolución Sandinista. Por esas cosas de la vida llegué donde el compañero Max, del cual aprendí a comprender las tareas siempre bajo el prisma político, era un gran viejo cuadro del partido y me enorgullece haberlo conocido.

Así también de superar las 50 mil visitas mensuales hemos disminuido a unas pocos decenas. Luego vino el año decisivo, me case, deje la U y de lleno a trabajar para sostener a mi familia que comenzaba a crecer. El trabajo tenía una ventaja, me daba leyenda para estar en cualquier parte de Santiago, era cartero. Mientras tanto en Chile la cosa económica se ponía muy mala para el pueblo, y comenzaron las primeras muestras de descontento con las protestas. El año 79 en la televisión mostraban imágenes de un pueblo que se revelaba con todo, mostraban en las calles de Nicaragua como se luchaba contra la dictadura de Somoza, hasta alcanzar la victoria.

Logrado esto, es enviado a ese país y luego a la República Democrática Alemana (RDA). Debido al círculo familiar que me rodeaba, de muy joven comencé a interesarme por los problemas de la clase trabajadora. Yo admiraba a mi abuelo un militante del Partido Comunista de Chile, mueblista, dirigente poblacional y dirigente deportivo, supo con su ejemplo y explicaciones, educarme en la problemática de la lucha de clases. Escribir de la irrupción del FPMR el 14 de diciembre de 1983 requiere un ejercicio de memoria que a veces se desdibuja por las fechas emblemáticas, así como por un conjunto de acciones históricas, (emboscada al tirano, desembarco de armas de Carrizal, ataques a cuarteles, apagones, rescate de Fernando Larenas, secuestros, fugas espectaculares desde las cárceles del régimen entre otras acciones). «En una oportunidad que salimos a comer a un membership con mi mujer y mi cuñada, desapareció en el baño la cartera de mi señora.

Pepo prometió vengarse de alguna forma y así bautizó a su perro como Washington. En la casa del perro apareció durante años «Muera el roto Quezada» hasta que

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Termine la enseñanza media el año 80, constitución nueva y a enfrentar el futuro. Entre trabajo, estudio y los amigos fue madurando la reflexión. Nos amanecíamos en la esquina tomando vino, leyendo, jugando ajedrez y también fumando marihuana. También leímos autores humanistas, la biblioteca de la casa fue responsable de nutrir un pensamiento crítico y abierto. Creo que lo que más me marco fue cuando leí por vez primera el Manifiesto Comunista y las obras de Lenin.

Permítanme rendir un homenaje a un hombre consecuente y revolucionario de tomo y lomo; a mi padre, que a sus ninety seven años sigue abrazando la causa de los humildes. Con la formación militar common que recibí, la misión internacionalista y la experiencia de los pueblos que han llegado al poder, la idea anterior, la fui fundamentando más. Con cierto grado de incomprensión en este mismo año se divide el Frente, después de mantenerme alrededor de meses en el Frente, retorno a la estructura orgánica del Partido donde seguimos luchando para que el componente militar y la riqueza que ese había alcanzado no se perdiera y sirviera para la histórica y necesaria liberación de nuestro pueblo.

La alegría period inmensa y también se sentía la rabia por qué acá eso no pasaba. Como niño vi el sufrimiento de mis padres y la rabia por lo que estaba ocurriendo. Mi viejo period calderero en el hospital Roberto del Rio, no lo exoneraron, pero lo dejaron en la puerta. Luego cerca de un año con esta colaboración más o menos, mi vida dio un giro, me fui a estudiar y trabajar al extranjero. Se hicieron los traslados correspondientes y mantuve el contacto con mi amigo que también se encontraba en el extranjero viendo nacer a su tercera hija. Alberto era un compañero obrero, militante de muchos años en el Partido Comunista.

De la casa de mi abuelo observábamos como fuerzas del Ejército, Armada y Carabineros que actuaban coordinadamente rodearon la Universidad de Concepción. Para luego ingresar al recinto, lo allanaron y detuvieron a un número no determinado de personas, fue acallada la radio de la Universidad de Concepción. «Poco crédito me da, por que es un truco muy frecuente de cierto tipo de mujerzuelas que frecuentan el lugar», fue la respuesta de tan distinguido funcionario llamado Washington Quezada.

Nadie dijo vienen los salvadores o libertadores, por el contrario, sus rostros revelaban el terror. Al año de vida mis padres juntos a cientos de otras  familias que venían de  varios sectores de Santiago en busca de un lugar donde vivir, en  especial los que vivian a la orilla del Zanjón de la Aguada. A principios del año 1978, llega a la ciudad donde yo radicaba, un compañero de la dirección de la jota y pide una entrevista conmigo, en dicha conversación, me aclara la forma en que el partido ve la salida de la dictadura en Chile. Escuchaba los discursos de Allende donde el presidente explicaba los sucesos desde el Palacio de la Moneda.

Los llamo a todas y todos a retomar estas enseñanzas de vida del Verdadero Rodriguismo, por supuesto partiendo por mi persona. A la tiranía de Pinochet, había que combatirla con las armas y para eso debíamos prepararnos. Representando a las Juventudes Comunistas de Chile, participo en diferentes trabajos voluntarios, con el objetivo de juntar fondos para la lucha al inside de Chile. No me acuerdo con exactitud qué día se normalizo la Escuela, pero, ya faltaban algunos profesores, que no vimos más. A finales de Octubre de 1973, fue detenido mi abuelo, fue subido a un camión militar y trasladado al Estadio Municipal de Concepción, donde permaneció por espacio de 50 días más o menos, llego con problemas auditivos, no escuchaba, le habían practicado la tortura.

Pero quienes eran estos primeros combatientes, en su gran mayoría eran pobladores, trabajadores de la construcción, mujeres y hombres de los trabajos de emergencia creados por la dictadura el PEM y el POJ, estudiantes, estibadores en los puertos, mineros en el norte, campesinos y mapuche en el sur, los miles de desempleados que dejaron de patear piedras en las calles para incorporarse activamente a las protestas populares. También empieza a ser notoria la presencia de la mujer en algunos de los grupos operativos. También va surgiendo la logística necesaria para sostener el paulatino desarrollo de las primeras acciones plomero rio grande que se irían multiplicando con el ascenso de la lucha. La participación en la tarea militar no solo se limitaría a combatientes de primera línea, también estarían los colaboradores y ayudistas, que serian la columna vertebral de las nuevas estructuras que surgirían en los años posteriores. Cuando terminó el curso, él y los demás chilenos, la mayoría combatientes de la guerra de liberación de ese país, y luego asesores militares en la formación del ejército, nacido después del triunfo revolucionario del 19 de julio de 1979, fueron repartidos en los Batallones de Lucha Irregular identificados con el diminutivo de BLI.

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